El mar de almas, métodos, parte 1

La auto-observación no es nada nueva.

Por Sheikh Muhammad Abdullah

Puedes creer que mi insistencia en la auto-observación es una cosa nueva mía, o que la robé de Gurdjieff y el Cuarto Camino o tal vez de la práctica budista de Atención Plena (meditación Vipassana).  No, no es una práctica original mía ni de ellos. 

A ver qué dijo el gran Sheij Ibn Arabi, uno de los místicos sufíes más destacado y profundo del Islam (Murcia [España], 28 de julio de 1165 – Damasco16 de noviembre de 1240). 

“Lo principal para ti es prestar atención en todo momento, estar atento a lo que viene a tu mente y a tu corazón. Reflexiona sobre estos pensamientos y sentimientos. Analízalos. Trata de controlarlos. Ten cuidado con los deseos de tu ego.

Preocúpate, entonces, por lo que estás haciendo, diciendo y pensando, y los pensamientos y sentimientos que son feos a los ojos de Dios no podrán quedarse en tu corazón. Tu corazón estará tan a salvo de desear acciones que no se ajusten a la voluntad de Dios. Dios prescribió un deber, un acto, un culto para cada momento. Aprende lo que es y date prisa para hacerlo…Piensa que cada acción puede ser tu último acto, que cada oración puede ser tu última postración, que puedes no tener otra oportunidad. Así, tendrás una nueva razón para permanecer vigilante y también para llegar a ser sincero y veraz. Dios valora menos las buenas obras hechas inconscientemente y sin sinceridad, que se llevan a cabo de manera consciente y sincera.”

“Presta atención en cada momento”.  “Preocúpate, entonces, por lo que estás haciendo, diciendo y pensando, y los pensamientos y sentimientos que son feos a los ojos de Dios no podrán quedarse en tu corazón.”

Cuando se habla de Dios o Allah estamos hablando de la Realidad, de cómo son las cosas.  Llegar a la Tierra, automáticamente nuestra alma está confrontado con un “mar de almas”, partes de nosotros mismos pero en diferentes etapas de desarrollo.  Nosotros, estando también en estado de desarrollo e incompletos, estamos débiles confrontados con un montón de distracciones y tentaciones, también, igual que los demás, olvidamos de dónde venimos, adónde vamos y porque estamos aquí, nuestro propósito.  Este estado crea una capa densa sobre nuestra alma, entre ella y nuestra consciencia parcialmente despertada por trabajos anteriores.  Este estado de vigilia parcial nos impulsa a buscar respuestas.

Todas las respuestas se encuentran cuando el alma se conecta con la manifestación de Allah en la Tierra.  Tenemos que quitar esa capa que mantiene el alma latente.  Tenemos que usar el poco libre albedrío que está disponible a personas media dormida, para trabajar contra esa capa creada por el ego.

¿Qué quiero decir con, el poco libre albedrío que está disponible”?  Escribí en otro lugar:

“Libre albedrío significa resistir nuestra naturaleza instintiva, hereditaria y negativa.  Si no estás consciente de tu naturaleza instintiva, tus características hereditarias y tus inclinaciones negativas, no puedes tener libre albedrío.  Si no crees que tienes estas cosas, no vas a luchar contra ellas, ya eres perfecto.  Aun los que no creen que son perfectos, no están conscientes de la manera real en que no son perfectos – sus conceptos son superficiales.  Y, para colmo, muy pocas personas están motivadas a cambiar ¿para qué?  No pueden encontrar una razón…”

Pero, cuando el alma alcanza un cierto nivel, ella despierta la consciencia física (parte del nafs) y la incita de varias maneras a buscar la realidad y trabajar para encontrarla.  El cuerpo y cerebro, nuestra semi-realidad material son lo que llamamos el nafs.  El nafs en su nivel más bajo crea el ego.  Pero el nafs, o sea, nuestra materialidad tiene muchos niveles y podemos elevar el nivel hasta que se fusiona con la verdadera realidad, el alma, terminando con la dualidad, materialidad/espiritualidad, el alma por un lado y el cuerpo etc. (nafs) por el otro.  Ya juntos, “mente, cuerpo, espíritu” se mueven juntos, en armonía, con el Sistema Universal, guiado por Él mismo.

Todo empieza con conocimiento de uno mismo.  Tenemos que vivir en la “tercera persona”, observando lo que está pasando, lo que el cerebro está pensando y diciendo (a veces me río al escuchar las cosas estúpidas que mi cerebro dice) y las emociones – como ellas están reaccionando a lo que dicen personas o de situaciones.  En términos religiosos, no debemos hacer nada que a Dios no le gustaría.  En términos científicos, no debemos hacer (pensar o emocionar) de forma que no coincida, que no esté en armonía con la Realidad, con leyes universales.  Si chocamos con la Realidad… bueno, ¿Qué pasa cuando chocamos con algo? 

Observemos, observemos, observemos…

La Tariqa Sufí Ansariyya

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